Existe en internet una página humorística donde mediante frases breves, nos describen algunas barbaridades que los clientes son capaces de demandar, unas veces con buena fe, otras quizás no tanto y la mayoría de las veces empujados por la prisa y limitados por el presupuesto.

La web se llama “Clientadas” y nació como una comunidad donde profesionales del sector de la publicidad pudieran ver reflejados en diversos mensajes los momentos más surrealistas en su día a día. Incluso saber decir no a un cliente.650_1000_5764026117_acbccfa5ea_z

Cuando se trabaja en algo que parece que todo el mundo sabe hacer: publicidad, diseñar, escribir, etcétera, es difícil encontrar las palabras adecuadas y los argumentos válidos para que se respete tanto tu trabajo como el resultado del mismo.

Que el cliente es lo más importante ya lo sabemos, pero que el cliente no se equivoca nunca ni es cierto, ni tampoco es ventajoso para nadie: ni para él, ni para ti si vas a prestarle algún servicio y ves que va camino del abismo.

Ser sincero es complicado y por temer herir la sensibilidad o incluso perder un encargo, callamos ante un despropósito que como digo puede perjudicar a los dos.Existe un tipo de persona que tiene las ideas claras,y eso probablemente sea una habilidad que le ayude en su trabajo, pero no significa que lo sepa todo ni de todo.

Cuando nos encontramos con un perfil similar, es importante escuchar todas las ideas de esa persona. Asimilar cada palabra, cada petición y sobre todo la visión de conjunto que él tiene de cómo quedará todo (una campaña en las redes sociales, un logotipo, etc.) Si observamos que no nos está pidiendo una opinión sino dirigiendo la operación, hagamos una pausa.

A nadie le gusta perder ni su tiempo ni dinero. Sobre todo esto último. La argumentación y la experiencia deben ser nuestros aliados. Si no contamos con estas dos armas, de poco podremos convencer a quien sabe más que nosotros. Si nos están solicitando algo que ni vamos a poder cumplir y que incluso puede perjudicarnos, no temamos decir no.

Tal vez, no se tome a bien que alguien ose cambiar sus planes, pero si le ofrecemos soluciones, alternativas y dibujamos con imágenes además de con palabras nuestra opción es probable que nos escuchen también. Pero siempre tengamos en cuenta a través de la escucha activa sus ideas por si se pudieran adaptar al nuestro.

Noticia sacada de la web pymes y autonomos.

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